Entre Cueca & Excel: el zapateo del algoritmo local
Y vuelven las elecciones, regresan como un reguetón prometido, con los destellos de celebridad pero la misma playlist de siempre, (ojo lector que no voy a escribir de política pero si de los lugares comunes que tanto celebramos), "agenda digital" , "transformación", "innovación" son las líricas que suena en tu TikTok, en tus reels o en los post de esta prometedora red profesional, cambian los cantantes pero el sampling sigue siendo el mismo.
La literatura nos ha enseñado más bien la historia que los discursos se mueven en loops pero la vida se mueve en otros códigos o claves más enigmáticas. Marina en Santiago a pesar de las restricciones usa la IA para acelerar el análisis de riesgo de los clientes de la compañía donde trabaja mientras que Rosa en Talcahuano en su rol de jefa de operaciones, abre ChatGPT en su computador lento y no espera la capacitación oficial, no asiste a mesas redondas. Para ella cada día es un nuevo desafío, traduce contratos con DeepL, arma reportes en Copilot y responde correos que antes le quitaban horas usando una estructura de prompts que le compartió su humilde servidor. Cada clic es un acto de resistencia.
Cada trabajador o trabajadora es una república independiente de powerpoints cuya única finalidad es sobrevivir siguiente el hype del hack de turno.
Que importa que la política siga prometiendo futuro, si personas como Marina o Rosa ya lo han internalizado sin permiso, sin clases, sólo por algo mucho más primario que es la sobrevivencia.
LOVE, DEATH AND ETERNAL EXCEL
No es primera vez que lo menciono pero Chile no sería el mejor país de Chile sin excel. Según un estudio de Entel Digital (2025) 6 de cada 10 empresas del Biobío ya usan IA, una estadística prometedora, más en una región que es reconocida por el impacto y valor que tiene su ecosistema de innovación, pero la realidad de la mediana y pequeña empresa es que la IA existe pero aún parece ser más chick trabajar en las celdas y las macros.
Como diría ☠️ Ernesto Jara ¿qué frena a Roberto a declarar que ya tiene la IA integrada en su proceso de trabajo? Las inferencias pueden ser múltiples, temor a parecer avanzado entre sus pares, temor a perder o provocar que otros pierdan la pega o pánico a parece poco trabajador al ser un humano que trabaja asistido por una máquina. Si tienes una tesis querido lector te invito a compartirla.
La Tercera nos recuerda que seguimos gastando apenas 0,39 % del PIB en I+D, mientras la OCDE promedia 2,7 %.
Una frase clásica de mi esposa Natalia es "nos encanta imprimir el discurso de la innovación para guarda ese "ego minimum momentum" en una planilla cuyo nombre es “versión_final_última_2.xlsx”.
La capacidad de sobrevivir optimizando lo mínimo o una suerte de automatización afectiva: cuando las herramientas se usan sin visión estratégica y con la premisa que debemos liberar tiempo.
Si mi querida Susan Sontag estuviese habitando este espacio diría "la cultura digital no se entiende sólo en términos de eficiencia, sino en el cómo moldea las percepciones colectivas"
El Excel, al final, no es solo software. Es metáfora. Una cueca interminable donde movemos cifras con la esperanza de que un día cuadren.
LA INTELIGENCIA Y EL PENSAR UN ACTIVO CLANDESTINO
Mientras algunos se resisten aún a integrar la IA en sus procesos de trabajo diarios a nivel global la tendencia es Bring Your Own AI a la mesa. Sin una política corporativa, sin reglas y con un apetito más enfocado a la sobrevivencia.
A nivel global un 78% de los empleados usa la IA sin una política definida, esto según el Work Trend Index.
Si lo llevamos a nuestro territorio donde la inversión en I+D es chistosa, la inferencia podría ser que estamos innovando a la mala, con claves compartidas e incluso cuentas gratuitas. Imagino que esto pasa en la escena nacional de esta larga franja de tierra.
Personalmente la paradoja es brutal. Mientras líderes planifican en lienzos, post-its de variadas gamas de colores, una capa de usuarios han decidido arremangarse la camisa y comenzar a construir, crear y aprender haciendo sobre esta nueva base tecnológica. Hace un tiempo leía a Freddy Vega, co fundador de Platzi, que destacaba que un buen líder hoy no sólo necesita una impronta llena de habilidades blandas sino que un kit de habilidades técnicas relevantes - aquí te pregunto a ti lector ¿Cuántos dedos de la mano te faltaron mientras pensabas en los líderes que conoces con estás características?
El Diario Concepción reportó que las pymes de la región avanzan a pesar de la falta de inversión, y Forbes Chile confirma que más de la mitad planea aumentar su gasto en IA este año.
Podríamos darle múltiples títulos a este escenario desde una prosa más correcta como gusa en Linkedin como por ejemplo "son acciones invisibles que, sumadas, cambian la textura del mundo" pero me atrevo a pensar que al modo chilensis estamos buscando sobrevivir en un terreno incierto, donde lo clandestino e improvisado es más efectivo.
ALGORITMO & CUECA
La cueca es simple, no es si vamos a usar la IA, sino cómo lo haremos. ¿Vamos a seguir bailando y zapateando con el excel eterno o con discursos de una modernización que nunca se descarga? O nos atreveremos a legitimar lo que ya ocurre en oficinas, coworks y espacios del Biobio?
Mis observaciones desde un leit motiv más académico no tiene que ver con el uso, su práctica o implementación sino en las advertencias detrás de cada nueva tecnología. La tecnología es apolítica y como dice Shoshana Zuboff cada tecnología que se adopta sin un marco crítico puede reforzar la vigilancia y el control. En este punto, me gustaría saber qué piensan los colegas marketeros, comunicadores y expertos que nos enseñan y evangelizan sobre las bondades pero no nos advierten de los escenarios futuros. Puede tal vez que no sea parte de su relato o no tributa al KPI del momento.
Personalmente siento que es un escenario para poder emancipar el conocimiento dde manera colectiva, replantearse la búsqueda de nuevos modelos, todo dependerá si la cabalgata la queremos hacer en solitario o nuestra ambición es armar una orquesta para hacer frente a la incertidumbre del futuro.
Al final, el algoritmo ya votó. No espera elecciones. Está trabajando en silencio, en cada pyme que traduce, redacta o planifica sin permiso. Y la gran sátira es que el futuro llegó disfrazado de Excel con macros nuevas.