LE NOIR MARKET OF EMOTIONS: Una trilogía sobre propósito, desinformación y rabia en cápsulas
Hay personas que no necesitan tener razón. Al igual que en el box sólo necesitas tener ritmo. en una era donde los titulares viajan más rápido que los libros, la verdad se ha vuelto una decoración, un cuadro inerte y observado por los miles de Dorian Grey sumidos en su eternal scrolling. Como diría Haidt, no votamos con el cerebro, sino con el estómago lleno o vacío.
Para muchos de nosotros que vivimos en distintas geografías, distintos volúmenes de personas, ideas y sensaciones, el whatsapp es nuestro diario, nuestro parlamento y nuestro termómetro. Por eso cuando a través de este bello oso de peluche llamado celular leemos algo sobre las autoridades o escuchamos una cita, la normalidad me dice que es más fácil asentir con la cabeza que a tener el atrevimiento de chequear la información.
Ahora te pregunto lector ¿el trabajador o profesional de Chile leerá desmentidos? ¿Puede nuestros cuerpo creerse algo desde la emoción?
Nota del autor: Este fragmento lo iteré con el borracho de GPT como dice ☠️ Ernesto Jara
Ahora en el territorio del marketing político, donde el personal branding se sostiene más desde una relevancia emocional, diría David Aaker, tenemos varios ejemplos exitosos donde lo que se vende no es una idea, se vende un alivio simbólico, ¿esto importa en un mercado saturado por el ruido?, observo con algo de distancia e interés esta idea que hoy es mejor parecer verdad pero no necesariamente necesito serlo, al final la política se trata de eso ¿o no?
LAS IDEAS YA NO CAMINAN, SE DESLIZAN
Mi abuela tenía una frase cada vez que peleaba con mi abuelo, el mundo esta lleno de mapas que no sirven para nada, imagina tener un mapa en este mundo que ha mutado, en la nueva cartografía del discurso los territorios no son físicos, son cápsulas emocionales, como lo dijo un colega una vez, somos testigos de verdades a medias, incluso podríamos tener un grupo en facebook bao este principio y de seguro que con algo de creatividad e interés podrías tener más titulares que los diarios de mi región.
El capitalismo de vigilancia no necesita verdades, necesita clics, lo dijo Zuboff y ya sabemos que los clics van directo al lóbulo emocional, no la racional. Y como dice Pariser: vivimos en burbujas que replican certezas o al menos eso es lo que intentamos, en cambio la mentira se adapta, aprende y se vuelve amigable. Si esto tuviese que tener una definición más ordinaria lo resumiría en zonas calientes, corazones fríos.
Vivimos en un mundo sobreconsumido por el delivery de la indignación, la emoción se entrega como el sushi y me queda muy claro que las ideas hoy no necesitan profundidad, solo un marco amigable puaj! El territorio ya no se conquista, no se gana, se infecta. Y dada la lentitud del check hoy la rabia se sirve cruda.
PROPÓSITO SIN VERDAD
La semana pasada conversaba con un prospecto, quien contrato un servicio empresarial. Le vendieron transformación, propósito y futuro. Pero el entregable nunca llego pero si las frases transformadoras o inspiradoras, "te acompañamos en tu evolución", branding sin producto, promesa sin alma.
Uno de mis autores favoritos Harari diría, la sociedad se ordena por ficciones compartidas pero hay ficciones que protegen y otras que manipulan, y si esto lo llevamos al escenario de la marca política hay varias que no cumplen, hay varias que son templos vacíos.
David Aaker lo advierte: cuando la experiencia no respalda el relato, la caída es inevitable.
En una era donde la IA nos esta sirviendo para todo, incluso para pensar o reemplazar, el cinismo como estrategia le entrega a mucho la capacidad de comunicar una honestidad impostada. No me importa no ser verdad, sino de parece humano. Aquí Douglas Rushkoff, dice (1) en un mercado saturado la coherencia parece subversión (2)las marcas que no se comportan con integridad están alquilando confianza.
¿De 1 a 10 cuánto es tu nivel de subversión?
“Porque en esta economía del alma digital, coherencia no es estrategia. Es revolución silenciosa.”