El FuTuro viene con Casco Blanco y PoWer PoinT

A veces me siento a merced de los ministros del reskilling y la obsesión por despertarse a las 5am para sobrecargarse de productividad, como diría Ruzzarrin un invento más del capital.

Si algo he aprendido durante el tiempo instalado en Concepción es que en Santiago se debaten las cuotas de poder, de presupuestos, de fusiones creativas y del retorno del "posteo con propósito", ya que hoy en una era sintética todos desean encontrar su narrativa.

Una narrativa donde la productividad se arrastra como culebra bajo la alfombra, donde se lanzan cifras, se arman seminarios pero seguimos tratando de levantarnos. ¡Que tragedia tan elegante y silenciosa! Las instituciones, con el ceño apretado, lanzan planes de upskilling, reskilling con todos los tecnicismos que caben en un tríptico de un nuevo programa estatal.

Por otro lado, las agencias de publicidad, marketing, entre sus lattes veganos y pitch con emojis, murmuran que están listas para la IA, que ya no son creativos, sino "orquestadores de experiencias cognitivas". Pero a la hora de capacitar a su equipo en herramientas de automatización ¡shitmen! el presupuesto parece ser escaso como un post borrado o un ofertón de 50 reels por 2 pesos 50.

Las empresas no se quedan atrás, los gremios que siguen en parte la narrativa de las empresas parecen más preocupados de las fotos aunque según la CChC solo un 12% de las PYMEs invierte activamente en digitalización.

Amigos consultores por favor perdónenme si alguno se siente ofendido pero existe una oferta de estos apóstoles del nuevo mundo digital, que hablan del nuevo marketing o el reskilling como si fuese un tónico milagroso que mejorará mi calvicie, pero nadie te habla del elefante en la sala: 54% de los chilenos adultos tiene bajos niveles de comprensión lectora y matemática funcional. ¿Cómo digitalizamos un país que no logra entender el PDF que descarga? Nadie lo sabe.

THE LAST MONSTER OF Fe

En septiembre de 2024, Huachipato cerró. El monstruo de acero, emblema de Talcahuano, murió con un quejido mecánico. Si alguien lloró e imagino que así fue, fueron las familias de esos 20 mil empleos que dejaron de existir, nos miramos con los ojos aguados, como quien pierde los dientes después de una caída y esperamos la respuesta de la capital.

Se encendieron las alertas. El Gobierno activa la planilla excel, subsidios mesas de trabajo, powerpoint y hoy hay un plan que se llama Fogaes.

No sé si este sea un anuncio para hacerlo con bombo, Linkedin (elija su red social favorita AQUÍ) y platillo para decir que Biobío se reinventará pero al menos hay un plan para la región que propone los caminos del financiamiento. ¿Qué nacerá de la nueva matriz productiva? ¿Alguien lo sabe? Mientras la academia suma convenios, incubadoras, carreras nuevas, hasta intentos de tener su propio Silicon Valley, las aulas y las ferias laborales, nos dicen que hay un montón de títulos flotando buscando una oportunidad.

¿Podemos hablar de tecnología cuando aún se imprime el CV en la fotocopiadora de la diagonal? Donde aún se entregan folletos. Como diría Marc Vidal, sin voluntad de adopción real, todo esto es pintar grafitis sobre un muro que será demolido mañana.

El Biobío tiene potencial. Tiene puertos, universidades, gente talentosa. Pero también tiene una nostalgia industrial que pesa como escoria. Y nadie, absolutamente nadie, parece estar dispuesto a romper ese pasado con una idea ferozmente nueva.

GOBERNAR O CONTROLar

Una de las carreras económicas hoy, es el desarrollo de la IA pero que pasaría en un futuro hipotético o en una sociedad distópica (como diría la librera de Pagina 128), si necesitáramos una licencia para hablar con el chatbot o crear una imagen en Midjourney.

Hoy tenemos feudos digitales donde los burócratas quieren jugar a ser los dioses del código. Cuando las autoridades piden frenar la innovación es porque ya no la controlan.

Chile está coqueteando con una gobernanza de IA que aún no nace. Se discute, se comenta, se encarga en consultoría externa. Pero ¿dónde está la estrategia ética? ¿Dónde el comité ciudadano? ¿Dónde la visión más allá del miedo? Mientras Europa legisla y Estados Unidos invierte, en Biobío discutimos si el software contable ya se actualizó.

Con el nivel de capital intelectual de la región, porque hay que reconocer que hay un kilo de gente talentosa, no tendría nada de descabellado pensar en un pacto ético regional sobre IA por ejemplo, pero como me dijo hace un tiempo un querido hater déjate de pensar en weas Maulén.

Pero imagina un documento firmado por la academia, el gobierno local y las empresas. Ligero, con principios claros, que sirva de faro. No para controlar la IA, sino para humanizarla. Para que no sea una herramienta más del marketing vacío, sino una extensión del pensamiento.

Pero claro… eso implica pensar. Implica invertir. Implica salir de la inercia. Y ahí, mis estimados, es donde muchos prefieren seguir posteando citas de sintéticas del prompt de turno sin entenderlas.

WHAT NOW, CHILE?

No sueño con ser Corea del Sur pero me encantaría pero tampoco quiero ser Grecia, perdóname Varoufakis. Podríamos automatizar, digitalizar, reconvertir pero seguimos esperando que alguien lo haga por nosotros. Cada revolución industrial tuvo su momento y sus detractores, como el marketing digital del 2007 en el barrio El Golf. Pero hay que estamos frente a una generación que pierde el tren porque no se atrevió a subirse sin Wifi.

Si algo esta claro, es que hasta que la boba explote, las agencias seguirán vendiendo innovación con gifs, los gremios seguirán organizando desayunos con muffins y mapas de empatía en mesas redondas y los políticos de izquierdas y derechas seguirán citando las cifras de algo que no entienden.

Pero los que realmente quieran cambiar algo deberán moverse, rápido. Como hackers del sistema. Como artesanos digitales.

Porque el futuro no se espera. El futuro se hackea.

Y aquí, desde esta trinchera sureña de Concepción, con una taza de café, ojalá de mi querido Gato Flojo y con la vista al river Bío Bío, te digo algo lector:

Si no hacemos algo ahora, la historia nos pasará por encima con su carcajada de silicona junto son ese traidor llamado futuro vestido de startup, ese que no espera a nadie.

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